La persona, como hemos visto, es constitutivamente un ser relacional. Por tanto, para que se desarrolle armónicamente debe cultivar esta dimensión, lo que implica dinamizar su entraña más profunda. La forma como la persona puede desarrollarse como estructura abierta es a través del diálogo y el encuentro. La persona es relacional, como exigencia del propio ser. Pero, para que pueda crecer y desarrollarse como tal, debe comprometerse en el encuentro personal como fruto de su propia decisión.
La capacidad de encuentro brota de la entraña profunda del yo como ser-en-relación. Entre las notas más características del encuentro humano podemos señalar las siguientes:
- Disponibilidad recíproca
Es necesario que los creadores del encuentro vivan una apertura activa de su existencia personal al otro para poder escuchar su llamada y responderle con su propia apertura.
- Inmediatez
El encuentro se da en la presencia viva de dos personas en interacción. Fácilmente pueden proyectar sobre el otro lo que no pertenece al otro, sino al mundo de los propios fantasmas.
- Intimidad
Para que se dé una comprensión en profundidad, es necesario quitar los miedos y fijaciones que nos protegen de ser vistos tal como somos.
- Alteridad
La calidad del encuentro exige el mantenimiento cuidadoso de la originalidad de cada una de las personas que se encuentran. Es decir, cada una debe fomentar su propia identidad y, también, la identidad de la otra persona. El encuentro auténtico sólo es posible cuando lo viven dos «sí mismos» que prometen ser fieles tanto a la originalidad propia como a la del otro.
- Ambivalencia emocional
Aunque el encuentro maduro debe realizarse con las características indicadas anteriormente, tal encuentro no debe considerarse como punto de partida sino más bien como meta y término que puede alcanzarse en momentos especiales (momentos de encuentro). También es posible el des-encuentro, los encuentros parciales y los encuentros patológicos. Debido a esta ambivalencia del encuentro, la persona tiene que elegir entre varias opciones: puede asumir el riesgo de salir al encuentro del otro, puede tomar precauciones y comunicarse sólo superficialmente o puede rehusar el encuentro.
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