03. AISLAMIENTO. SOCIALIZACIÓN
En la actualidad, tomar conciencia de los propios deseos y movilizar las posibilidades de cada uno en la realidad conllevan a una elección de vida vacilante, que empuja a la persona a la soledad. Como resultado de este aislamiento, dirige contra sí mismo la frustración e impotencia creada por estos dos obstáculos, con el riesgo de derrumbarse interiormente, al ratificar la inexistencia de una posible escapatoria. Así, el futuro se vuelve incierto ante la imposibilidad de encontrar un sentido que dar a la existencia a partir del cual poder afrontar las crisis de la vida.
Lo verdaderamente grave que esta situación puede provocar en el ser humano, es que dé por supuesto que la vida carece de valor (una vez más, la ausencia de futuro). Esta pérdida del sentido del valor de la vida tiene como resultados comportamientos contrarios a toda razón, justificados y explicados por quienes la vivencian por el carácter insoportable de un sufrimiento o una contrariedad para la que no se encuentra otra solución. Los modos de vida y de educación actuales favorecen esta situación. En estas últimas décadas, las diferentes formas de referencia utilizadas han ido desestabilizando paulatinamente los valores de socialización entre generaciones que se tenía. ¿Qué ocurre? Pues que se hace muy difícil vivir en suspensión, dado que lo que esta manera de proceder produce es una desorganización y una fragmentación que provocan debilidad, favoreciendo la regresión al estado infantil.