00. Introducción
Esta tarde he visto en Netflix una serie que lleva por título Freud. La semana pasada leí en Faceboock, en una página de interés psicoanalítico (Tiéndete al Diván, 5 de abril. «Freud», el Frankenstein de Netflix. De Silvio Rivero). Me sorprendió, conocía que habían publicado dicha serie pero no me sentí intrigado ni mucho menos atraído por la idea de verla. Mi opinión sobre las series no es muy buena, en un mundo donde han de producirlas como si fueran longanizas, no hay sitio para verdaderas obras de arte, salvo excepciones, claro está. Sumado a esto el hecho que podemos ver todos los episodios en un espacio de tiempo «relativamente» corto, forman un cóctel cuyo producto final son las «series en serie». Y vaya por delante que no pretendo ejercer de lo que no soy, es decir, «crítico de series», simplemente os estoy comunicando cuál es mi subjetividad al respecto. Cada uno que tenga la suya, que es como debe ser. Sin embargo, no pude soportar la curiosidad (que dicen, mató al gato) y junto con mi mujer comenzamos a verla. Hasta hoy hemos visto 4 episodios.
¿Qué me parece? Bueno, en mi opinión, es una serie divertida, donde se van encontrando diversos personajes, entre ellos Freud, a priori historias sueltas, pero que tienen un hilo común. Se apoya en un momento histórico que es real, pero me da la sensación que no es igual de real la manera en que se desarrolló la trama. Lo mismo pasa con Freud. Es un personaje real, completamente, pero no la imagen que de él se quiere transmitir a través de los diferentes episodios. Mezclan a Freud con personajes defensores de la hipnosis y otros con poderes, «dones». Sí es cierto que en uno de los episodios dicen de él (Freud) que es un portento, dado que no entra fácilmente en la sugestión y que más bien está usando sus contramedidas. Un poco de risa, la verdad. Es una serie de ficción, en todos los sentidos, donde se mezclan como retales aspectos que históricamente sí fueron reales, no así lo que se cuenta de ellos como «un todo» en la serie. Soy de la opinión que o no se han documentado bien o simplemente no se han molestado dado que su intención no es presentar un Freud cercano al real. Ya sabemos lo controvertido del personaje y lo que se ha escrito, hablado y dicho de él. Habrá detractores y fanáticos, como en casi todo. No me voy a meter ahí. Sí voy a defender la figura de Freud, un gran desconocido del que muchos gustan hablar, sin saber ni conocer nada. Es considerado, junto a Copérnico (Teoría Heliocéntrica) y a Darwin (La Selección Natural), por su descubrimiento de «El Inconsciente» uno de los científicos que le dieron un mayor golpe al antropocentrismo. No somos el centro del universo, hemos evolucionado como especie homínida, y no controlamos todos nuestras acciones. Maravilloso. Estamos a la espera del siguiente (pero por favor, que sea del mismo calado intelectual, cultural, de conocimiento y de ética que los anteriores).
Bien, pues por todo esto se me encendió la bombilla y me decidí a preparar un trabajo que comparto con vosotros en los próximos «posts» sobre la figura de Sigmund Freud. Ya, ya, hay mucho escrito, tanto a nivel biográfico como respecto a sus teorías, los aspectos técnicos y clínicos de sus escritos, la leyenda negra, los cotilleos sobre su persona… En esta ocasión, si queréis y os pasa como a mí (la curiosidad), vamos a ver un Freud desde la perspectiva del Desarrollo, su Historia de Vida. Seguro que faltarán datos, que podríamos haber tenido en cuenta otros aspectos e incluso descartar algunos otros que sí están presentes. Eso lo dejo, como siempre, a vuestra elección. No pretendo ser exhaustivo, ni dar una lección sobre Freud. Espero que os divirtáis y tengáis presentes otros aspectos de su figura, que la imagen que se tenga de él y por ende del Psicoanálisis no se quede en lo que unas series de esta índole nos quieran transmitir. Y por supuesto, seguid leyendo y buscando información fiable y fidedigna en las fuentes de sus biógrafos, estudiosos y gente con criterio y conceptos de fondo. Gracias.