AMOR, LIBERTAD, FELICIDAD

Nos encontramos con tres conceptos que se hayan interrelacionados: amor, libertad y felicidad. Todos ellos están influidos por la manera de relacionarse con los demás, así como también cómo lo hacemos con nosotros mismos. De la misma manera, el ambiente, la sociedad y la cultura tienen cierto nivel de influencia en la creación y arraigo de estos conceptos en la persona. En los tres casos son necesarias ciertas cargas de objetividad para lograr que se aproximen lo más posible a la realidad, lo que nos dará la sensación de plenitud y bienestar tan ansiada por el hombre. Pero también la subjetividad forma parte de ese estado general del ser.

Respecto a la felicidad, podemos interpretarla como un estado del ser, algo intrínseco y subjetivo de la persona. De esta manera, alcanzarla dependería en mayor medida de la sensación de desarrollo personal que tuviera el sujeto. En la actualidad, dado el estilo de nuestra sociedad y el momento por el que pasamos, nos vemos constantemente bombardeados por información de todo tipo que relaciona el grado de libertad alcanzado con las posesiones o pertenencias materiales de que disponga el hombre. Así, cuanto más cosas tenga y más valgan éstas, mayor será mi felicidad.

Sucede lo mismo con la libertad. En tanto que cualidad existencial del ser nunca llega a ser completa. Del mismo modo que la felicidad, podemos vivenciarla como una condición que puedo alcanzar creando mis criterios, y respetando que vivimos en sociedad, para evitar que se convierta en sinónimo de “hago lo que me da la gana”. Hago lo que quiero, pero primero he de saber qué quiero y cómo lo quiero. La falta de autonomía y de criterios propios genera un estado de dependencia que como resultado paralizan todos los procesos de expansión de la persona, hablando así de todo lo contrario a la libertad. La conexión entre la felicidad y la libertad se encuentra pues, en la propia identidad. Es necesario separarse de las opiniones perniciosas, de los formatos absurdos impuestos por el modelaje social, para encontrar la felicidad y la libertad de manera que más se aproximen a su verdadera esencia. Si logramos cierta autonomía respecto a estas cosas, estaremos más cerca de encontrar las claves para conseguir ser felices, ser libres y conocer nuestra verdadera identidad.

couple in field on motorcycle

Como decía antes, tanto la libertad como la felicidad son condiciones existenciales y por lo tanto no existen por completo. Aquí es donde encuentro la relación con el amor. Somos seres afectivos y relacionales, necesitamos afecto y cariño para encontrar sentido a nuestra vida. Necesitamos la afectividad, tener y sentir el amor de otra persona, sentirnos reconocidos y validados en quien nos rodea, aumenta la sensación de valía y por ende la de felicidad y libertad. Todos estos conceptos se originan en el ser a lo largo de su proceso de hacerse persona. Es muy importante poder mostrarnos como somos y no como creemos que los demás esperan que seamos, como los demás quieren que seamos. Es preciso amarse a uno mismo, con amor sano y saludable, para poder soportarse y no vagabundear.

A través de la escucha activa y de la mayéutica, se pretende llegar al núcleo de los conceptos que se han gestado en la paciente a lo largo de su desarrollo psicoevolutivo, fruto de los  aprendizajes realizados y de sus propias experiencias, y que han causado en ella esta situación de malestar, patológica. La finalidad sería llegar a resignificar dichos conceptos, de forma tal que integrara y fortaleciera todos los aspectos de su ser en una personalidad más fuerte y segura, de tal manera que interiorizara una fuente de bienestar para afrontar el proceso de vivir con mayor plenitud y garantía.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s