05. LA MENTALIZACIÓN Y EL CUERPO.
Históricamente, el concepto de Mentalización proviene de la tradición francesa, concretamente de Pierre Marty, de los estudios que realizó relacionando la medicina psicosomática con la teoría psicoanalítica. Cuando plantea la idea de mentalización, alude directamente a las representaciones, al nivel de calidad, cantidad, disponibilidad, dinamismo y organización de las mismas. El cómo opera dicha mentalización dificultaría o facilitaría, en diferentes medidas, el trabajo psíquico a nivel representacional. Por ejemplo, durante el día proporcionan fantasías, mientras que de noche otorgan los elementos propios del sueño, de este modo, facilitan el pensar, la introspección, las asociaciones de ideas, etc. Identificó el pre-consciente como el lugar donde se produce la integración psicosomática. En la formación del síntoma destaca tres factores presentes: la depresión esencial (depresión blanca), el pensamiento operatorio y la mentalización.
La Depresión Esencial se trata de una depresión en el sentido etimológico de la palabra, es decir, una baja de la presión del tono vital, del tono libidinal. Esta depresión no se acompaña, como otras depresiones, de una sintomatología positiva, que permita reconocer fácilmente su naturaleza. Debemos salir en busca de lo que falta, por ejemplo ausencia de simbolismo y de metáforas en el discurso.
El Pensamiento Operatorio se caracteriza porque se cierra a las cosas, a la cotidianeidad desprovista de fantasía, nunca a la imaginación, sin dimensión histórica, y con dificultad para procesar psíquicamente grados altos de tensión. Así, la alexitimia es una característica propia del Pensamiento Operatorio.
En cuanto a la Mentalización, algunos sujetos manifiestan diferencias marcadas en cuanto a la cantidad y a la calidad de las representaciones. A veces las representaciones parecen ausentes. Otras veces, aunque cargadas de contenidos verbales, las representaciones aparecen limitadas y superficiales, reproduciendo directamente percepciones vividas en la realidad. Estas representaciones, poco numerosas, por otra parte, y poco sujetas a asociaciones de ideas, tienen el aspecto de simples testimonios de sucesos registrados.
Cuando las expresiones simbólicas parecen demasiado peligrosas para el Self, el lenguaje es obviado y el mensaje primitivo se expresa mediante el cuerpo. La disfunción psicosomática puede ser una defensa destinada a proteger al sujeto de estados emocionales primarios, donde la psique busca con medios primitivos y preverbales, enviar mensajes que serán interpretados somáticamente.
Los trastornos psicosomáticos suelen tener como base fundamental el hecho de tener que asumir emociones muy intensas, emociones que no podemos llegar a procesar y que las gestionamos de un modo negativo. Si no se actúa, si no se dice en voz alta lo que uno tiene en mente y expresa aquello que le bloquea y le hiere, seguramente acabará enfermando. La incapacidad para poder pensar en lo que sentimos y sentir lo que pensamos acabará alimentándose día tras día de nuestra vida psíquica hasta atraparnos en la habitación oscura de cualquier enfermedad, dolencias que no tienen una base orgánica objetivada, enfermedades producidas por la mente. Son personas que no conectan bien con sus emociones y sus sentimientos. Personalidades que no aceptan que algo les ocurre, que hay algo que no va bien en sus vidas, en su mundo interior.